ANDADA EN NOGUERA DE ALBARRACÍN. DOMINGO 29 DE MAYO DE 2022
El pasado domingo 29 de mayo realizamos una andada circular entre las poblaciones de Noguera de Albarracín y Tramacastilla, en plena Sierra de Albarracín. Una ruta no demasiado conocida pero que depara tremendas sorpresas al caminante. El punto de encuentro para los socios se había determinado junto a las escuelas municipales de Noguera, a las 8 de la mañana. Después del oportuno desayuno entre saludos y bienvenidas a los nuevos socios que se acababan de incorporar al Club, emprendimos la marcha dirigiendo nuestros pasos hacia la vecina población.
Tras un pequeño repechón inicial,-que pilló sin calentar a más de uno-, se abría nuestra vista ante una enorme panorámica que deleitaba todos los sentidos. El monte estaba con sus mejores galas debido a las últimas lluvias. Diversas tonalidades de verde y flores de mil tipos nos acompañaron durante buen trecho antes de llegar a Tramacastilla.
Éste sería nuestro primer paso por Tramacastilla, al menos atravesando su casco urbano. Nos sorprendió lo bonito que está el pueblo y lo bien cuidado de la mayoría de sus casas. Nuestro próximo objetivo sería el Barranco Hondo. Con las primeras "quejas" sobre cuándo se almorzaba, transitamos por uno de los parajes más bonitos de la jornada. flanqueados por el pinar en un descenso hasta el río Guadalaviar, la continua sombra nos mitigaba el calor que ya se dejaba notar. Almuerzo ya en el río, botas de vino circulando además de cuatro risas y en marcha otra vez. Ya dejadas las pistas atrás comenzamos a disfrutar del sendero fluvial junto al río que a veces nos enseñaba reliquias de otros tiempos en los que su caudal servía para hacer funcionar molinos abandonados que nos encontramos al paso.
Y de nuevo paso por las proximidades de Tramacastilla pasando por varios merenderos que aprovechamos para reagrupar a los participantes, tomar unas fotos y encaminarnos hacia el Barranco de las Cuevas, que como su nombre indica había abundancia de ellas a lo largo de todo el cañón labrado por el río.
A partir de aquí fue un continuo cruzar el río transitando por ambas márgenes, pues la estrechez del cauce obligaba en muchos puntos a hacerlo. Algunos de estos pasos se tornaban dificultosos por la ausencia de piedras para realizarlos, obligando a más de uno a descalzarse y emplear los escarpines. Hubo una compañera que desafiando la ley de la gravedad e incluso incumpliéndola probó la temperatura del agua de los pies a la cabeza. Afortunadamente no pasó nada más y se quedó con una anécdota más a recordar.
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